20101130

"Yo sé que ahora no comprendes, pero lo entenderas cuando seas grande"


Dormimos sólo 4 horas porque al otro día nos íbamos –en procesión- hacia la Heroica Puebla de Zaragoza. Elegimos Puebla por su cercanía al D.F. y porque quedaba a medio camino de nuestro tercer destino, Xalapa, el principal de nuestro viaje. Yo tenia, además, una razón extra: Visité Puebla en dos ocasiones anteriores, como a los 9 años y luego en una practica de campo durante el bachillerato; de ambas visitas había olvidado casi todo, excepto dos cosas: un mercadito de artesanías cuyo recuerdo borroso he guardado con cariño y algunos detalles de su arquitectura que luce maravillosa en los entresijos de mi maltrecha memoria. Mi motivo personal para ir a Puebla era ese: averiguar porque estos recuerdos se aferraron a mí.

Para ir hasta allá tomamos un autobús. En Estados Unidos, viajar en autobús no es cosa linda, acá cuentan con una sola línea de camiones de alcance nacional, los Greyhound, con rutas limitadas, horarios reducidos, unidades bastante maltrechas sobre las que pesa, además, el estigma de que viajar en autobús es solo para los muy jodidos, a pesar de no es nada barato. En México contamos con múltiples centrales camioneras, servicios diversos que van desde económico guajolotero hasta el servicio ejecutivo que sonroja a cualquier aerolínea, y la ventaja de que se puede recorrer el país entero en autobús.



“Tome un Greyhound de Flagstaff a Las Vegas un sábado en la noche. Me habían advertido que los Greyhound estaban llenos de gente loca y adictos al crack. No vi ninguno pero aún así tengo que decir: f**k you Greyhound Buses. No sólo son un insultante monopolio dentro de una sangrienta economía de libre empresa que cobra demasiado por el boleto porque no tienen competencia, además sus autobuses son mierda, los asientos son incómodos y sus empleados están sobrexplotados y malpagados.”

La opinión de Jb me parece justa. La traduje, pero pueden leer la versión original en su estupendo blog de viajes.

Nosotros nos fuimos en uno de estos:


Nada que ver con un Greyhound y cuesta mucho menos: En dólares, el boleto a Puebla sale en 10.50, la misma distancia en EU te cuesta el triple y el el único camión te lleva, va haciendo paradas...

Excepto por los suburbios del D.F. el camino a Puebla es hermoso




La autopista tan buena que la parte sinuosa de Rio Frio ni se siente, debe ser un placer para quien le gusta conducir manejar por ahí.

Llegamos a Puebla pasado el medio día, con un clima estupendo que nos hizo arrepentirnos de cargar tanto abrigo (Nota personal: no vuelvas a confiar en The Weather Channel...). Muy pronto recordé porque la arquitectura poblana me cautivó tanto la segunda vez que fuí.







Esta es La Casa del Alfeñique, actualmente un museo que dicen esta decorado tan hermoso por dentro como por fuera (no hubo tiempo para entrar, ¡Damn it!) La leyenda dice que un joven enamorado al que su novia no pelaba la hizo porque ella le pidió como condición que le construyera “una casa de dulce” para casarse con él. Él edificó esta casa imitando unos dulces tradicionales de España, los alfeñiques, que vendrían a ser como estos:


Los alfeñiques son los papás de nuestras mexicanas calaveritas de azúcar y de las charamuscas. Este es un detalle de la casa para que juzguen el parecido.


La leyenda no dice si la chica aceptó casarse, pero si dijo que no, que poca...


El estilo barroco y el churrigueresco me encantan y no sé por que, tal vez porque contrasta con mi sosa personalidad =) Y del barroco que he visto el de la cuidad de Puebla es el que más me ha gustado por la combinación de blanco y terracota de sus fachadas. Seguro en España y otras ciudades de México o Latinoamérica hay más edificios así; quien sepa, dígame donde para agregar esos sitios a mi lista de deseos.

Junto a la Casa del Alfeñique esta el mercado de El Parián, (que según me entero es un pleonasmo porque Parián significa mercado) Este era el mercadito artesanal que vagamente recordaba.

 
Son cuatro pasillos de repletos de puestos de artesanías donde fácilmente puedes perderte un par de horas. Cuando mi padre nos llevaba, (ahora recuerdo que fuí más de una vez) siempre salía cargando una mugrita como botín. Puedo decir sin temor a equivocarme que ese fue uno de los sitios que Trying mas disfrutó porque le encanta curiosear y yo, como cuando tenia 9, salí feliz de la vida con un par de bolsas.

Para entonces moríamos de hambre. No hubo que caminar mucho buscando donde comer, porque nos recomendaron una fonda justo cruzando la calle. Ahí comimos enchiladas de mole:

 
 
No recuerdo si dije que moríamos de hambre...

De ahí nos lanzamos a caminar sin sentido por el centro buscando maravillas.

Una de ellas la encontramos por casualidad asomándonos a un edificio que resulto ser un museo, encontrarla fue como presagio de la siguiente parte de nuestro viaje y por eso nos sentamos a ver.



Se parece a los bailables que nos ponían en la primaria: Siempre hay unos que bailan bien bonito y otros que hasta chocan entre si =) .

Salimos de ahí buscando a tontas y locas la plaza principal, y nos topamos con la Benemérita Universidad de Puebla de Los Ángeles (BUAP). Existe una gran diferencia entre la mayoría de las Universidades Mexicanas y las Gringas: Las mexicanas tienen una visión muy obtusa en cuanto a su estrategia publica, no permiten el acceso si no eres alumno o profesor o si lo permiten es con muchas restricciones; no cuentan con una tienda, ni con un espacio de interacción entre el quehacer académico y el resto del mundo; hay pocas, muy pocas vías para que la gente de la calle se compenetre con el acontecer universitario. Las universidades gringas, en cambio invitan a que todo mundo las visite, tienen amplios espacios de libre acceso, organizan una serie de eventos a los que cualquier persona puede ir y cuentan con al menos una tienda de souvenirs que les ayuda a publicitarse y financiarse, y ofrecen un espacio especialmente diseñado para que los estudiantes realicen actividades de culturales y de recreo. Por supuesto se entiende que las gringas son escuelas privadas y cuentan con muchos más recursos, pero el asunto de la cerrazón de las universidades mexicanas no tiene que ver con su presupuesto, sino con una falta de perspectiva sobre su papel social y cultural. Todo esto viene a cuento porque tratamos de entrar al Edificio Carolino de la BUAP que alberga la Rectoría y se nos permitió asomarnos solo un poquito y de muy mala gana “nomás porque veníamos de fuera” El Edificio Carolino es una joya oculta a pesar de que la universidad depende del erario publico y debería correspondernos por derecho acceder a su riqueza; a ver cuando tengo oportunidad de visitar otra vez una universidad gringa para mostrar a lo que me refiero. Que pena.


Pero no todo salió mal, mas adelante encontramos una librería dependiente de la misma BUAP que aunque era chiquita, si tenia acceso al publico. En esta librería compramos algunos libros que luego les cuento

El resto de la tarde la pasamos en el zócalo –que finalmente encontramos-





Esta foto es especial, la saque porque reconocí el letrero al que Implicada le saco foto cuando ella hace poco viajó a Puebla y escribió dándonos tips de sitios para alojarnos. Me dio mucho gusto reconocer este letrero y saber que un poco antes ella estuvo en este mismo sitio pensando en nosotros. ¡Gracias!

Cenamos en una de las taquerías que hay alrededor de la plaza.

 
Una Cemita de carne al pastor. Deliciosas.
 
 
Tacos de suadero y de machitos... Ya el compañero Jesus Olague me quitó el cargo de conciencia aclarándome que los machitos son intestinos de res rellenos, y no el pene del toro como nos habían dicho. Mi preocupación no era por haber comido tacos de pene, sino porque me gustaron mucho...
 
 
Y un agua de alfalfa. La había tomado antes pero siempre colada, descubrí que así sabe más rico. Creo que no se ve muy sabrosa porque solo yo me animé a probarla.

Finalizamos el día con un brindis en un bar cercano en donde, para sorpresa de todos, hasta Trying se aventó una michelada .

 
Me paso lo mismo que cuando el mole: me moría de sed y no pude esperar para tomarle la fotos a esa margarita antes de que pasara a mejor vida.

Después de todo si supe porque mi cerebro de teflón se negaba a dejar perderse en olvido a Puebla: Quería que regresara porque sabía que muchos años más tarde, la apreciaría como no lo hice entonces.


20101129

Como algodón de azucar


Dejamos atrás Donato Guerra y nuestra primera parada fue la Biblioteca México. Esta biblioteca es una de las más grandes del país aunque no es tan vieja porque fue fundada en 1946. El edificio que la alberga data de finales del siglo 18 y fue escenario de varios acontecimientos históricos, entre ellos, sirvió como cuartel durante la “Decena Trágica”. Todavía en un monumento que esta enfrente se conservan los cañones que resguardaron el lugar.


Cuando cursaba mi bachillerato y nos dejaban alguna tarea complicada, veníamos en grupo desde el Estado de México a buscar información. En la preparatoria que yo iba teníamos biblioteca pero no una hemeroteca, así que cuando necesitábamos consultar periódicos atrasados debíamos viajar hasta acá, porque desafortunadamente en México no hay demasiadas bibliotecas, las que hay suelen estar escondidas y contar con instalaciones y acervos muy limitados. La Biblioteca México siempre estaba –aun lo esta, quiero suponer- llena de estudiantes de todos los puntos de la ciudad, era una aventura venir desde tan lejos, en grupo y sin supervisión de adultos a un lugar tan céntrico, bonito y lleno de cosas interesantes, no solo adentro del recinto. Las pocas veces que vine me la pase muy bien y nunca volví tras terminar la prepa, por eso y porque a Trying le encantan los libros fue que quise traerla a este lugar.


Nota al calce: Se permite tomar fotos en el interior, pero sin flash y solicitando un permiso. Si llegan muy temprano hay que esperar a que los empleados, que son la mar de amables, se dispongan a trabajar, porque se nota que su horario de trabajo no es muy estricto =)

El edificio quedo muy dañado tras el terremoto de 1985, tanto que se pensó en derribarlo, pero el gobierno federal realizó una gran inversión para su rescate. El costo arquitectonico del mismo fue la inclusión de estas columnas de acero y múltiples soportes en las salas de consulta que aunque no van con la fisonomía colonial del edificio, lo han mantenido en pie sin menoscabo de su belleza.

No revisamos libros porque teníamos el tiempo limitado, pero pudimos ver un par de exposiciones: una sobre carteles de una campaña de libertad de expresión y otra sobre fotos de la Decena Trágica.


Foto atribuida a Gustavo Casasola

El edificio del periódico Nueva Era tras ser incendiado por la turba al conocerse la detención de Francisco I. Madero. 19 de febrero de 1913. Esta es la esquina de la calle Balderas y Articulo 123, (la prolongación de Donato Guerra...). 93 años después la zona sigue siendo sede de varios periódicos y, a una cuadra de donde fue tomada, duermen todas las noches decenas de personas abandonadas a su suerte. No hemos avanzado mucho.

Una de las razones por las que me gustaba ir a la Biblioteca México, es porque saliendo podíamos ir a “babosear” al mercado de artesanías que esta del otro lado de La Ciudadela (la plaza donde se encuentra la Biblioteca México). Trying ya había visitado fugazmente este mercado hace dos años y se había quedado con ganas de recorrerlo bien, así que fuimos a comprar algunos recuerdos.

 
Mientras Trying andaba buscando cosas en otro pasillo, yo me senté en unas escaleras y tome esta foto. Esa señora del traje Triqui que sale en primer plano me armó un drama porque yo andaba tomando fotos sin comprar nada en su puesto y fue inútil hacerla entender que yo no le había tomado foto a ella sino al pasillo. Tras la discusión, me quede ahí esperando a Trying y una niña de unos 6 años que estaba detrás y que yo no había visto, se me acercó, se sentó junto a mi y recargándose en mi brazo y me empezó a contar sobre un cuento que estaba mirando –no leyendo, todavía no sabia leer-. Cuando Trying, para su desconcierto, apareció estaba yo en gran plática con la niña. Fue un momento muy lindo aunque algo extraño, no sólo porque la niña resultó ser hija de la Triqui, (estaba a punto de sacarle una foto cuando me enteré de ello...) sino porque un echo simple y lindo como este, de haber ocurrido en Estados Unidos me habría puesto en riesgo de ser acusado de paidofilia... acá acercársele a un niño que no conoces, tomarle fotos o tocarlo puede desatar la enfermiza paranoia –justificable o no- de medio mundo. La Triqui solo me miró, dió media vuelta, y continuó acomodando mercancía y regañando a la pequeña que en la foto aparece debajo de la mesa.

Después nos regresamos en metro hacia la Alameda Central con la intención de caminar desde ahí hasta el hotel para darnos un baño e ahí ir a visitar a suegra de Trying y a sus cuñadas.


La policía  montada del D.F. anda celebrando el bicentenario. Antes de ver las pistolas y sus placas, pensábamos que eran un grupo de mariachis =)



Para ese momento ya las toxinas chilangas me hacian estragos, hasta llegue a sentir nostalgia por el detestable espectáculo que es caminar entre los puestos de ambulantes.


Digo yo...hay que estar muy mal para extrañar esto. Por cierto que aquí nos vieron la cara de gringos: Unos chamaquitos nos vendieron una nieve de limón a 15 pesos cuando puestos más adelante costaban 5... Pero eso sí, eran unos transas bien decentes: Les pagué con uno de 20, olvidé mi cambio y me fueron a alcanzar metros adelante para dármelo.


Todos los domingos, el gobierno de la ciudad cierra algunas vialidades para organizar un paseo ciclista. Cualquier persona puede traer su bicicleta o rentar alguna para recorrer la ruta. Ese domingo cerraron Avenida Reforma (cuando pasamos más temprano, aun estaba abierta al tránsito) desde el monumento a la Diana Cazadora hasta La Basílica de Guadalupe. Un circuito de 20 kilómetros que nos quedamos con ganas de recorrer.


Ofrecen también servicio técnico gratuito.



 Este es el D.F. que enamoró a Trying los viajes anteriores...


Lic. Ebrard: En cuanto tenga oportunidad, dese una vuelta por Donato Guerra, allá hace falta un poco de mantenimiento...

Llegamos al hotel y de ahí con la familia. La alegría de comprobar que todos estamos bien, buena comida y mucha conversación, equilibran las indiscreciones de mi madre sobre mi comportamiento cuando tenia 6. Trying tiene ahora muchas respuestas a sobre porque mi carácter es como es y yo saque en claro que mi madre no es de persona de fiar. La próxima vez echaré un par de somníferos en su bebida...

Ya en la noche regresamos al hotel, y aunque para entonces cumplíamos cerca de 40 horas sin pegar un ojo, tuvimos energía para salir a dar la vuelta a ver que nos encontrábamos.


 
Juro que hice la lucha por retratar lo hermosa que era la luna saliendo por Av Juárez, pero este tímida foto fue lo mejor que obtuve.
 

El Monumento a La Revolución esta irreconocible: A la cúpula le construyeron un elevador transparente (bastante horrendo... por esa razón procure ocultarlo en la toma) que permite subir a la terraza, la vista debe ser hermosa desde ahí pero no quisimos comprobarlo. Se le instaló también un impresionante juego de luces que de tanto en tanto lo viste de colores y se construyó una fuente danzarina a ras de suelo a la que también se dotó de iluminación en tonos patrios. Una multitud se arremolinaba en torno a los chorros de agua convirtiendo la fuente en un improvisado balneario.



Me encanta México: Organizamos la pachanga a la menor provocación. =)


Además, había función de cine; cientos de espectadores veían “Chicogrande”, una película sobre la invasión mexicana a Texas. Nos quedamos unos minutos a verla y nos pareció muy interesante, pero como ya estaba empezada mejor nos fuimos dejando a toda esa gente (más de 1000 personas, calculo) disfrutando de su fiesta y nos dirigimos en taxi al Zócalo.

Ahora que la Calle Madero es únicamente peatonal, utilizarla como vía de acceso a la principal plaza del país es una de las cosas más recomendables de experimentar en el D.F.

 


¡Cómo me gusta la música de los organilleros!. Siempre que los veo les damos unas monedas. Ojalá no desaparezcan de las plazas de nuestro país.

Había un espectáculo de luces con motivo del Bicentenario, pero no entramos porque la plancha del zócalo estaba llena y porque aunque impresionante, desde lejos se advertía el tono patriotero de la versión oficial, de ese México revolucionario-institucional que cree que los rayos láser y los fuegos artificiales pueden subsanar la carencia de justicia y bienestar social que la nación padece. Parte de esos casi 25 millones de dólares despilfarrados en lucecitas, bien podrían haber ayudado a la gente que vimos a nuestro arribo a la capital, ¿No lo cree usted, Felipe?


Video: Diario Reforma.


Terminamos el día caminando de regreso a nuestro hotel, cansados pero felices, tras la primera jornada de este viaje del que planeo juntar los pedacitos, antes que el tiempo se los lleve como si fueran hebras de algodón de azúcar huyendo al viento.



¿A que no adivinan a quien le regala el muchacho esa varita de algodón?

20101128

¿Sabías que Paseo de la Reforma y Donato Guerra hacen esquina?.

Hasta ahora, siempre que Trying había viajado al D.F lo había hecho en navidad o durante algún periodo vacacional mexicano, y por ello lo que había encontrado era una ciudad medio vacía, perfectamente caminable y con un nivel de contaminación más que benévolo; pero esta vez aprovechamos el día de “acción de gracias” gringo que no tiene contraparte en México, así que por primera vez conoció al monstruo tal y como es.

La hermosa Avenida Reforma, un paseo estilo francés que data de finales de 1800, cuya soledad invitó a Trying en otras ocasiones a tomar fotos de pie a mitad de esa vialidad casi desierta, estaba convertida en un infierno de autos que amenazaban lanzarse sobre nosotros al menor descuido. Yo, con la mejor intención de llevarla a conocer la Biblioteca México, tuve la feliz idea de alejarla del tráfico y doblar hacia el oriente por Donato Guerra, una calle poco transitada que, aunque esperaba llena de papeles y algo sucia por ser donde se distribuyen la mayoría de los periódicos de la capital, confiaba nos ahorraria muchos pasos y el dolor de cabeza de tratar de atravesar varios cruceros.  Mi intención era salir a Balderas para dirigirnos por esta directo a la biblioteca. Cuadras antes de llegar, nos encontramos con un panorama inesperado para mí: Una calle repleta de basura, decenas de indigentes hacinados junto a los edificios, mal cobijados con papeles y mantas, excremento humano sembrado por doquier en las aceras y el nauseabundo olor de una ciudad que exhibe su horror y su injusticia; todo a escasos metros de la avenida más turística y cuidada de la capital.


No tuve corazón para sacar la cámara y tomar una foto. Esta imagen es tomada de Google Maps, lo que se ve no es de Donato Guerra sino otra calle, Humboldt, muy cerca de ahí y la cantidad de personas tiradas en la calle debe ser multiplicada por cuatro o cinco. Imagine ahora el penetrante olor de las deyecciones acumuladas de tanta gente y tendrá una idea de lo que pudimos ver.

Trying salió horrorizada del lugar y yo me moría de la vergüenza, no solo por haber juzgado mal la ruta, sino por enfrentarla así, desvelada, en ayunas y sin previo aviso, a la cruda realidad de un país que económica –y ahora también socialmente- se está desmoronando. Fue el inicio espeluznante de un viaje en el que al final nos divertimos mucho y le dedico un post individual a pesar de que duro apenas un par de minutos, porque creo que es injusto que, estando México en la situación en la que está, venga yo irresponsablemente a contar solo cosas bonitas, a enumerar la magia y la belleza que encontramos en nuestro camino cuando en realidad en México nos esta llevando la chingada.

El Gobierno Federal y el de la Cuidad de México han invertido enormes cantidades de dinero en conservar la belleza de Paseo de la Reforma mientras acumulan sus desechos en Donato Guerra, lejos de la mirada del visitante extranjero, del hombre de negocios y de los principales diarios del país pues estos ultimos, a pesar de que sus oficinas estan a unos cuantos metros, parecen no darse cuenta de su presencia o no contar con espacio para reportar la desgracia de esa gente, por tener sus paginas saturadas con la relacion de actividades del Presidente de la Republica y el Jefe de Gobierno de la capital.

Yo no quiero hacer lo mismo, no quiero que quien venga a leer este blog se encuentre con un escaparate de lleno tan solo de maravillas, porque quien lo escribe esconde lo feo debajo de la alfombra.



20101122

Sin rencores

La Ciudad de los Palacios nos abrio sus brazos contenta de vernos volver. No hubo gritos, ni reclamos, ni rencores por el desden con el que hace casi cinco anios nos separamos, aquella maniana fria en la que me dio su nublada espalda mientras el avion se alejaba en direccion al norte.


Nos recibio vestida de luces y color, con esa impudicia suya que tanto me espanta e hipnotiza. Su veneno es fuerte y me intoxica igual, es un alivio comprobar que la comodidad no ha conseguido adormecerme.

20101120

Lobo, ¿Estas ahí?


No es que no me guste este lugar. Es muy hermoso, el clima es estupendo, tenemos el mar a unos pasos, hay cielos amplios y azules y el vuelo franco de las grandes aves que los surcan me recuerda, las pocas veces que lo olvido, la fortuna que tengo de haber venido a caer aquí.

Pero yo no sé si durante mi temporada en el infierno me inocularon un virus o de plano me gusta la mala vida, porque extraño el caos, el smog, el tumulto, la anarquía y el cataclismo de aquel monstruo, ahora tan lejano de mí.

Es una atracción fatal, una de esas malas compañías que solo te causan problemas, un vicio vergonzante que tratas de mantener oculto a los ojos de quienes te conocen, sin éxito.

Me gusta la ciudad y sus misterios. Me gustan sus engendros, su pesadilla y su impiadosa y salvaje crueldad.

Ya habrá tiempo de volver a la belleza y al sosiego, a la rítmica rutina, al apacible vuelo de gaviota que es vivir aquí. Por ahora, mí corazón no quiere paz, busca pelea, quiere confusión y espanto, quiere el aullido, quiere la sangre y el reino. (*)

Voy hacia bosque, con la caperuza roja sobre el cráneo, pidiéndole a la fortuna que el lobo me encuentre y me devore.

Otra vez.



(*) "El Sol y la Luna"  Memorias del Fuego,  Eduardo Galeano

20101118

IRS

Este año no quisimos preparar nuestros impuestos en la diminuta oficinita de aquella contadora porque queríamos estar seguros de que nuestra declaración estaba bien elaborada, así que fuimos con la famosísima empresa que se anuncia en TV a que nos hicieran el trabajo.

Meses después recibimos una carta:

 
Estimado contribuyente:

Hemos extraviado su reporte de impuestos correspondiente al año fiscal pasado. Sabemos que usted lo remitió y que lo recibimos a tiempo, pero por mas que hemos buscado y rebuscado en nuestra base de datos no damos con él. Como somos incapaces de encontrar no solo su reporte sino hasta la bragueta de nuestro pantalón, le solicitamos amablemente otra copia de su declaración y nos disculpamos de antemano por las molestias que esto le ocasiona.

Atte.:

Internal Revenue Service.



Regresamos a las oficinas de la famosísima empresa. El amable empleado que nos atendió nos dijo: “Don’t worry, We got you covered”. Hizo un par de llamadas, envió por fax algunos documentos y nos fuimos a casa con el problema resuelto.

Un par de meses mas tarde, recibimos otra carta:



Estimado contribuyente:

Hemos recibido una nueva copia de su declaración, pero el paquete que nos envía está tan mal elaborado que parece haber sido preparado por algún empleado nuestro: Está pésimamente integrado, es ilegible y carece de firmas. Le pedimos que nos remita nuevamente una copia legible y con la información completa para poder incorporarlas a su expediente (Afortunadamente ese si sabemos donde está). De antemano le agradecemos su colaboración.

Atte.:

Internal Revenue Service.



Y fuimos con la famosísima empresa nuevamente. Una atenta empleada nos dijo “Don’t worry, we got you covered”. También nos dijo que la La Oficina Interna de Impuestos tenia razón y que el amable empleado que nos atendió la vez anterior había olvidado enviar parte de los documentos. Preparó un nuevo paquete y nos pidió llevarlo personalmente a las oficinas de la Administración Interna de Impuestos. Nos fuimos a casa con el problema resuelto.

Semanas después recibimos otra carta:



Estimado contribuyente:

Nuestro sistema indica que su papelería sigue incompleta o que nuevamente extraviamos parte de su documentación –No tenemos la certeza de que pasó, pero en estos casos nuestro manual de procedimientos indica que debemos culpar al contribuyente- Debido a que estamos en medio de un recorte presupuestario,, optamos por la opción más económica y simple: Cobrarle el monto que indica el documento que no encontramos (No lo encontramos pero sabemos con exactitud la cantidad que representa... Misterios de la administración fiscal.) Nos debe usted la cantidad de $XXX.XX mas multas y recargos. Le suplicamos liquide a la brevedad.

Atte:

Internal Revenue Service.


Y regresamos al famosísimo despacho. Una amable empleada nos dijo “Don’t Worry, we got you covered”, también nos dijo que el problema era que la empleada anterior había olvidado darnos cierta cedula. Nos la dio y nos envió a depositarla en la Oficina de Impuestos directamente asegurándonos que, ahora si, quedaba solucionado.

Este lunes recibimos otra carta:



Estimado contribuyente:

Recibimos aviso de que usted entregó en la nuestras oficinas locales, documentos como prueba de que no tiene adeudo con esta institución. Lamentablemente todos los archivos que se recibe allá, se envían a nuestro centro operativo junto con las cartitas a Santa Claus del personal de aquel despacho, por lo que pero estimamos que sus comprobantes llegarán a nuestras manos a finales de diciembre –En caso de llegar, claro-. Hasta que dicha documentación sea recibida y en su caso validada, la ley nos otorga el derecho de continuar hostigándolo con el cobro de los $XXX.XX. que sospechamos nos debe. Le informamos a su vez que a las multas y recargos anteriores le hemos sumado una nueva tanda de multas y recargos y planeamos sumarle otra tanda si usted no nos envía el monto correspondiente (*). No esta de sobra recordarle que si en el entretiempo llegásemos a extraviar algún otro documento, sumaremos la cantidad de este extravío a su adeudo, por lo que le aconsejamos pague lo más pronto posible.

Atte:

Internal Revenue Service.

(*) Envié su cheque sin preocupación alguna: Por alguna razón que desconocemos, los pagos, a diferencia de los documentos de reclamo, nunca se extravían y son cobrados puntualmente sin excepción.


Y regresamos a las instalaciones de la famosísima empresa. Dos amables empleadas nos dijeron “Don’t worry, we goy you cover...” pero ya no terminaron su frase porque tuvieron que huir de las garras de Trying que estuvo a punto de desgreñarlas.

Las dos amables empleadas, pertrechadas detrás de un escritorio, nos dieron cita el viernes para enviar un nuevo paquete de documentos directamente a Centro Operativo del IRS.

20101116

Skinny Bitch


Andábamos en la tienda escogiendo algunas prendas para regalarle a un sobrinito. Cuando íbamos saliendo, pasamos por la sección de jeans para mujer y nos encontramos este letrero:


Más adelante, en el anaquel contiguo estaba este otro letrero.


Y un poco mas allá, otro anaquel con este letrero:



No había mas opciones de jeans para mujer.

Si un día se preguntan porque hay tantas anoréxicas y bulímicas sueltas por ahí, a lo mejor esta es una de las razones.