La última noche que pasé contigo
quisiera olvidarla, pero no he podido.
La última noche que pasé contigo,
hoy quisiera olvidarla por mi bien.
Bolero
La Cuidad de México y yo hemos olvidado los rencores y todo el daño que nos hicimos en el pasado, ahora nuestro dialogo es cordial, amable y hasta podría decirse que somos buenos amigos. Creo que la nuestra era una de esas relaciones enfermizas que solo la distancia resuelve, una de dos, o curándolas o destruyéndolas.
Ese viernes sí me dejo verlo. Cuando ya nos despedíamos, me dio su corona. -Pero debes devolvérmela- Le prometí que lo haría, pero no le dije cuando. Y el no lo preguntó.
México nos dijo adiós sonriendo (la foto es de Trying)
La frase es linda, pero también es la publicidad de un banco y tiene, por lo tanto, un error: Debería decir “Porque tu futuro es nuestro”
El D.F. y yo sostuvimos una larga charla.
“Sueño de una Tarde de Domingo en el Callejón del Cuajo”
También presenciamos un par de apariciones: Conocimos al auténtico Cerbero, que no es tan temible como dice la leyenda.
Y luego esta otra, casi inadvertida al fondo de un patio cuya estructura llamó mi atención.
Inmóvil
Levantó su mirada vacía, nos observo dos segundos y volvió a bajar la vista.
Tal vez he visto muchas películas de horror.
O tal vez andaba buscando maravillas entre lo ordinario, belleza en la fealdad, mensajes en la nada. Y en mi delirio, los encontraba.
Él quiso ser torero, pero tuvo que contentarse tomando la alternativa a la entrada de un estacionamiento.
En el camino, como podemos, vamos remendando nuestra vida. El caso es seguir.
Desde la terraza del Museo del Estanquillo.
¿Será así como nos ven las palomas?
¿O él?
...Del cielo al subsuelo...
Pero ya no había tiempo para más, teníamos que irnos para comer con la familia, despedirnos y tomar el vuelo de regreso a casa, dejando detrás mi sueño capitalino, ese en el que un día regreso y descubro que la ciudad de México no es lo que era cuando la dejé, sino esta que encuentro cuando venimos de visita, esta que con mirada de nostalgia redescubro hoy. Una amable en la que se puede vivir, una que, quizá, solo existe en ese sueño.
Un sueño que sé que no solo sueño yo.
***
Cuando un sueño hermoso se termina abruptamente, tras unos segundo de evidente desconcierto, solo nos queda la desilusión al comprobar que todo era un espejismo y que la realidad no es tan emocionante o linda como aquello que nos ocurría en el sueño.
Pero a veces te despiertas y la realidad te contradice
Cuando despierte de este otro sueño, nos volveremos a ver, Cuidad de México.